sábado, 10 de abril de 2010

Lo que necesitas es amor

A Bibiana Aído, como a Blancanieves, le hace falta un hombre (o una mujer, o un soplo de realidad) para despertar de su delirio. Un hombre que le bese, como se besó en su día a la Bella Durmiente.
El último grito de la ministra de Igualdad es que los cuentos de toda la vida son sexistas, que hay que modificarlos, que dan prejuicios a los niños. Parece la hermana secreta de los Grimm.
Parece que la Mulán de los socialistas no está contenta con las cintas de Disney ni con la cultura, ni con los príncipes azules, ni con los zapatos de cristal. No sé de qué guindo se habrá caído esta señorita, para decir que esos cuentos son machistas. No lo son, son cuentos, punto. Porque aquí nadie dice nada de que el príncipe de la Bella Durmiente necesita de tres hadas (ni una, ni dos, ¡tres!) para vencer a Maléfica (que era mujer) demostrando así su insuficiencia, o de que no había ninguna enanita, o de que Pocahontas (en la segunda parte) deja tirado a John Smith, la muy fresca.
No sé si pretende que el siguiente paso sea borrar la historia del mapa, que ha sido tremendamente machista. Y ponerle falda a los monigotes de los semáforos, decir que no reinó Carlos V sino su mujer, que el Rey Fernando el Católico no pintó nada, que los apóstoles en realidad eran féminas. Si quiere igualdad que entren mujeres en las cúpulas bancarias, en la RAE, que sean rectoras de las universidades. Igualdad de hecho, no de fantasía.
Definitivamente, no puedo por menos que recomendarle a la señora ministra un hombre. Por probar no pasa nada. Al fin y al cabo no está tan mal que te despierten con besos, o que te pongan zapatos de cristal.

1 comentarios:

Jesús V.S. dijo...

Cuánta razón tienes amigo...