martes, 11 de mayo de 2010

La marea negra.

En “El informe pelícano” una periodista interpretada por Julia Roberts destapa un escándalo sobre unas marismas en Luisiana que serían víctima de una conspiración, quedando los estuarios inundados de petróleo y causando graves trastornos a los pelícanos.

La película data de 1993 y pretendía ser algo ficticio que alertara a la gente sobre los peligros humanos en el medio ambiente. Finalmente el personaje de Julia Roberts tiene que huir del país por miedo.

Hace unas semanas se estrenó una película parecida. Era española. Y de terror. En las mejores salas, en sus casas y al lado del paseo del Prado. En ella una marea negra amenazaba con la idea de que España tuviera que pedir dinero a la Unión Europea, al igual que su compañera Grecia. A mitad del metraje salía el presidente del gobierno español, como un pelícano trastornado y cabreado. Pero la película tiene final feliz. Y la bolsa se recupera gracias a un intensísimo efecto rebote. El público, conmocionado, vemos todavía como el país que preside la Unión Europea sale del bache más o menos airoso y recordamos cómo Alemania amenaza ya con ser la protagonista de la segunda parte tras poner precio al acrópolis. Muchos hacemos la reseña del filme y se con vuelve a poner el estómago al revés al ver cómo la excelsa Grecia (de la que Alemania tiene tesoros robados) no es tenida en cuenta como la cuna de la cultura a la que pertenecemos, la cuna de lo que somos.

Hoy, en 2010, la marea negra inunda Luisiana y al otro lado del charco a los pelícanos trastornados nos entran ganas de huir a no sé dónde, no siendo que nos embarguen. A ver si tiene que venir Julia Roberts a explicarnos de dónde sale el petróleo, porque no parecía que quedara tanto.

2 comentarios:

Leteo dijo...

Jaja. Bueno, quizá no sea para reírse, pero lo prefiero a llorar. Me ha hecho mucha gracia cómo has relacionado una cosa con la otra...
Un abrazo!

Iker dijo...

Estoy de acuerdo con Leteo: muy bien hilado!