martes, 29 de junio de 2010

El recreo

La gente, y lo que es peor, las personas, cada vez se sienten más colapsadas tras las diversas teorías que desde hace más de dos años nos vienen hablando sobre cómo salir de esta situación económica.

Primero fue Zapatero con su intento de llamarlo “recesión” y no crisis. Solo algunos se dieron cuenta de que la recesión solo es un proceso que lleva a la crisis, por leve o fuerte que ésta sea. Más tarde llegó la victoria demócrata de Obama, no había que bajar el listón, fomentándose así las obras públicas para dar trabajo. Por el otro lado, Joe el fontanero debió alegrarse poniendo tuberías en los nuevos hospitales estadounidenses, panacea del Estado de Bienestar.

Ahora, tras hacernos arreglar entre todos lo que solo estropeó la corrupción política y la avaricia bancaria damos la vuelta a la tortilla. Madrid suspende casi todas sus obras, el AVE no llega (pero, por favor, a mi ciudad natal sí), Obama aplaude la decisión socialista de bajar sueldos y hacer recortes, la crisis recupera su nombre habitual. Lo último, lo que ha acabado por colapsar las tuberías de la razón es que la banca rechaza el impuesto que las principales potencias pretenden crear para ella. Se le ha preguntado si quería pagar, igual que se le podría preguntar al chulito de la clase si quiere que le castiguen.

Ahora, este chulito, ha acercado el termómetro a la bombilla y no será castigado por ponerse malo. El resto de la clase, con trancazos sinceros y bastante importantes no son preguntados y se quedan sin recreo una vez más.

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