jueves, 30 de diciembre de 2010

Estrechez

Hartos de oír que estamos pasando una época de estrecheces económicas, sumergidos en un ambiente que impone que quién tiene la razón es quién más grita, la banalidad y la carnaza hipercalórica de los debates actuales gana terreno a otras dietas más equilibradas. No son sino fotografías de gran resolución de vulgares huevos fritos enfocados deprisa y corriendo las que invaden los escaparates a los que mira el español medio. La regla de oro es hacer que a la gente le guste lo que no está preparado, los presentadores que no saben a qué cámara mirar, la producción del veinte duros, para que así no piensen y no admiren, para que se pueda dormir la siesta agusto.

La actual crisis económica ha sido la excusa perfecta para continuar la despiadada ola de fusiones y absorciones que Berlusconi capitaneó en los años noventa. Prisa forma parte ahora del grupo Liberty, tan oscuro como remoto. Por su parte Fuencarral recibe en su familia a Cuatro y a otros medios. Las consecuencias son, más que lavados de cara, operaciones de estética; en otras palabras unificación de líneas editoriales, formas de pensar que se van simplificando. Lo mismo que hacía Orwell con su vocabulario en 1984 para idiotizar a la gente. La operación de Telecinco conlleva el cierre de una de las cadenas de información más prestigiosas, la única alternativa al canal 24 horas de Televisión Española. Y es que, parece ser, no resultaba viable. La coyuntura actual arrasa darwinianamente con todo aquello que no atraiga a las masas, y las minorías cultas se quedan cada vez con menos opciones para elegir, menos información de calidad a la que acudir, los modelos se simplifican. Se hipertrofia el individualismo, en palabras de Gabilondo que, entre muchos otros, ha quedado en paro.

2010 se despide para el mundo de la información con noticias así de crueles. La década lo hace con una educación cada vez menos exigente, con unos índices de lectura cada vez más deficientes. Con una población que no tiene donde elegir, con un español medio que es presa del grito y la silicona y que le gusta serlo. Un español que solo entiende de buenos o de los malos, de verdades absolutas o de mentiras despiadadas, que no duda, que no sabe dudar, que come lo que tiene delante sin preguntarse de dónde ha salido. Es lo que les conviene a los que nos gobiernan y a los que pretenden hacerlo, ovejas a las que dirigir, a las que seguir encorsetando la mente. En los medios no quedan casi opciones de pensamiento y en este país se es perezoso por naturaleza ; casi nadie va a buscar otros. La verdadera estrechez, la que será difícil eliminar y nadie querrá quitar de en medio, es la que se está imponiendo en la forma de no pensar, en la desmemoria de la gente, la que se enreda en su lana de oveja de sofá. Menos mal, que como dijo Gabilondo, nosotros seguimos siendo de los nuestros.

0 comentarios: