lunes, 4 de marzo de 2013

La dificultad de respirar


Tiene algo de novela de saga familiar, algo parecido al tono decadente y triste que se escucha en los finales de las novelas largas, un tono de oro ennegrecido y viejo, de palacio cuyas ventanas están a punto de ser rotas por la yedra que escala –lenta pero constante- por el alféizar. Está el argumento en ese punto en el que se tira peso por la borda para que el barco no se hunda, en el momento exacto en el que los muebles caros de la familia empiezan a ser empeñados y las tierras subarrendadas, justo cuando a la rica familia se le muere el caballo y lo único importante es el arroz y la tartana.
En estos capítulos finales, paradójicamente, los personajes sonríen más, reciben más flashes y visten mejor que nunca. Es aquí cuando se agarran a sus cunas y piden que la historia no se acelere, que germinen otra vez los campos, que los columpios vuelvan a chirriar bajo el peso de unos bucles rubios sobre cuellos almidonados.
Ellos, sin embargo, no son conscientes de la ruina que llama a la puerta de su casa por el simple hecho de que los protagonistas de las historias nunca saben que lo son y no se percatan de su importancia al igual que los demás no nos percatamos del hecho de respirar y, al pensar en ello, la respiración se torna dificultosa.
Esos momentos de respiración mefítica llegan siempre a las mejores casas y es tan fácil solventarlos como olvidarse de la dificultad de respirar. Es entonces cuando el aire entra y sale en el cuerpo de forma natural, se abren así los ojos, las ventanas, se limpia el palacio, se corta la yedra trepadora, se encuentra la forma de recuperar los muebles de la casa de empeños y el bicarbonato para limpiar el oro. Y hasta en las casas más abúlicas la solución llega entonces por el camino fácil, penetra en las fosas nasales la solución como siempre lo hizo. Pero mientras tanto, mientras no reparen en que la dificultad de respirar es solo aparente, los trabajos para conseguir que el fin de la novela no sea tal serán insuficientes. Tanto como las operaciones de cadera.

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