miércoles, 1 de septiembre de 2010

El jardín

En el juego de la oca hay que pasar muchas pruebas para llegar al final: puentes, pozos, ríos, muerte, tabernas… y por fin el final, el jardín, el Edén. A uno de septiembre parece que uno puede volver a ponerse malo, los negocios vuelven a abrir y con ellos el negocio más descarado; la política. El curso pasado nos encontramos con corrupción, mentiras y faltas de respeto y educación. Este año volvemos a jugar a la oca con los dados trucados y con un final mucho más interesante: elecciones municipales y autonómicas en la primavera que hará florecer el jardín.

Pero todavía queda mucho para entonces y tendrán –ellos, la clase política- que tirar los dados, dedicarse a humillar al otro sin ofrecer nada a los ciudadanos, que todavía no hemos oído propuestas. Habrá candidatos que caigan en un pozo, otros que se gastarán el dinero público en sastrerías (las tabernas de la vida real), movimientos de fichas cuando el adversario no mira, a ver si adelantamos una casilla o dos. Ellos tirarán los dados con más fuerza sin pensar que eso no influye en el número que salga y nosotros nos limitaremos a contar bien cada avance, sin propuestas firmes de nadie en el bolsillo. Muchos caerán en la casilla de la muerte, sin que pase un amigo a rescatarlos, y algunos, unos pocos, llegarán al jardín final. Los demás nos quedaremos por el camino, sin saber por quién contar casillas, ya que no se preocupan de nosotros.

Solo espero una cosa. Que sea quien sea el que llegue al jardín, que no encuentre allí el Edén.