miércoles, 19 de mayo de 2010

Tu nombre envenena mis sueños

Jaime Gil de Biedma escribió un poema, muy bueno por lo derrotista, cuyo final todos, quien más y quien menos, hemos leído alguna vez:

De todas las historias de la Historia
la más triste sin duda es la de España
porque termina mal.


Siempre he sido contrario, y espero que toda mi generación lo sea, a lo que dice el poema de este grandísimo poeta: primero porque la historia no se acaba nunca, segundo porque no creo que nos merezcamos, después del esfuerzo que nos ha costado llegar hasta aquí, acabar del todo mal, tan mal, la historia más triste.
Y eso que hay momentos en los que el ánimo flaquea: se llegará a los cinco millones de parados, bajan el sueldo a los funcionarios, congelan las pensiones, retiran el cheque-bebé.
Pero no solo son esos problemas los que nos atañen, no solo problemas económicos. Da vértigo pararse a pensar que ha sido un gobierno socialista el que ha tenido que hacer estos recortes, da vértigo ver cómo los funcionarios quieren levantarse en huelga para detener esta bajada de sueldo. En este país hemos olvidado lo que significa la palabra consenso, el verbo ceder, el sustantivo solidaridad. Consenso es una política común que hace legislaturas que no vemos, Ceder es que los funcionarios se quiten parte de la tarta para dársela a quién más lo necesita (ellos, que son una clase afortunada, que no se va a quedar sin trabajo), Solidaridad es que pensemos en que España somos todos: los del milagro de la transición, los de las Olimpiadas del 92, los de la Eurocopa de 2008, los de la crisis de 2010, para lo bueno y lo malo, para que nos ayuden y para ayudar, Solidaridad es también el Consenso y la capacidad para ceder.
Lo hemos olvidado todo, como parece que hemos olvidado el esfuerzo hecho para tener una democracia. Aunque bien pensándolo: ¿Cómo no lo vamos a olvidar si Joaquín Leguina –socialista español- ha aceptado un puestecito de Esperanza Aguirre? Si lo poco que queda de ese consenso se vende, renuncia a sus ideas ¿qué vamos a hacer los demás? Porque el antiguo presidente de la Comunidad de Madrid, tras aceptar el puesto, publicó un artículo en el que ponía de vuelta y media aquellos principios que le fascinaban hacía unos años.
El presidente del Gobierno carece, desde sus impopulares medidas necesarias, medidas que necesitan contar con la certeza de que todos tenemos que ayudar, de apoyo suficiente para gobernar. La otra opción es un partido corrupto hasta la médula, un partido cuyo líder explicó que, aunque la justicia no lo permita, seguirá actuando de la misma forma: presentando a elecciones una persona que huele a corrupción: porque la corrupción se ha llevado dinero suficiente como para poder evitar que congelen las pensiones, cosa que los del Partido Popular quieren evitar. Pensiones de aquellas personas que sí sabían lo que era consenso, ceder, solidaridad. Personas que están completamente indefensas ante el desastre generado por la generación que le sigue.
Ahora, pienso en otro poema, de Cernuda, que Leguina ha olvidado y que significó para el socialista la exaltación republicana de la que ahora reniega. Tu nombre envenena mis sueños. Y sí, España, tu nombre envenena mis sueños.

martes, 11 de mayo de 2010

La marea negra.

En “El informe pelícano” una periodista interpretada por Julia Roberts destapa un escándalo sobre unas marismas en Luisiana que serían víctima de una conspiración, quedando los estuarios inundados de petróleo y causando graves trastornos a los pelícanos.

La película data de 1993 y pretendía ser algo ficticio que alertara a la gente sobre los peligros humanos en el medio ambiente. Finalmente el personaje de Julia Roberts tiene que huir del país por miedo.

Hace unas semanas se estrenó una película parecida. Era española. Y de terror. En las mejores salas, en sus casas y al lado del paseo del Prado. En ella una marea negra amenazaba con la idea de que España tuviera que pedir dinero a la Unión Europea, al igual que su compañera Grecia. A mitad del metraje salía el presidente del gobierno español, como un pelícano trastornado y cabreado. Pero la película tiene final feliz. Y la bolsa se recupera gracias a un intensísimo efecto rebote. El público, conmocionado, vemos todavía como el país que preside la Unión Europea sale del bache más o menos airoso y recordamos cómo Alemania amenaza ya con ser la protagonista de la segunda parte tras poner precio al acrópolis. Muchos hacemos la reseña del filme y se con vuelve a poner el estómago al revés al ver cómo la excelsa Grecia (de la que Alemania tiene tesoros robados) no es tenida en cuenta como la cuna de la cultura a la que pertenecemos, la cuna de lo que somos.

Hoy, en 2010, la marea negra inunda Luisiana y al otro lado del charco a los pelícanos trastornados nos entran ganas de huir a no sé dónde, no siendo que nos embarguen. A ver si tiene que venir Julia Roberts a explicarnos de dónde sale el petróleo, porque no parecía que quedara tanto.

sábado, 10 de abril de 2010

Lo que necesitas es amor

A Bibiana Aído, como a Blancanieves, le hace falta un hombre (o una mujer, o un soplo de realidad) para despertar de su delirio. Un hombre que le bese, como se besó en su día a la Bella Durmiente.
El último grito de la ministra de Igualdad es que los cuentos de toda la vida son sexistas, que hay que modificarlos, que dan prejuicios a los niños. Parece la hermana secreta de los Grimm.
Parece que la Mulán de los socialistas no está contenta con las cintas de Disney ni con la cultura, ni con los príncipes azules, ni con los zapatos de cristal. No sé de qué guindo se habrá caído esta señorita, para decir que esos cuentos son machistas. No lo son, son cuentos, punto. Porque aquí nadie dice nada de que el príncipe de la Bella Durmiente necesita de tres hadas (ni una, ni dos, ¡tres!) para vencer a Maléfica (que era mujer) demostrando así su insuficiencia, o de que no había ninguna enanita, o de que Pocahontas (en la segunda parte) deja tirado a John Smith, la muy fresca.
No sé si pretende que el siguiente paso sea borrar la historia del mapa, que ha sido tremendamente machista. Y ponerle falda a los monigotes de los semáforos, decir que no reinó Carlos V sino su mujer, que el Rey Fernando el Católico no pintó nada, que los apóstoles en realidad eran féminas. Si quiere igualdad que entren mujeres en las cúpulas bancarias, en la RAE, que sean rectoras de las universidades. Igualdad de hecho, no de fantasía.
Definitivamente, no puedo por menos que recomendarle a la señora ministra un hombre. Por probar no pasa nada. Al fin y al cabo no está tan mal que te despierten con besos, o que te pongan zapatos de cristal.

sábado, 27 de marzo de 2010

Esas divinas palabras

Esta semana ha salido a la luz que Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, también se vio envuelto en líos pederastas en el seno de los seminaristas de su comunidad. Días antes el Papa Benedicto XVI admitió la existencia de casos de misma índole dentro de la Iglesia, y ninguno de los que hemos visto esa noticia (y hemos sido todos) nos hemos sentido, para nada, extrañados.

Las voces más benevolentes, católicos todos, lo han interpretado como una buenísima señal; no los casos de pederastia, evidentemente, sino el hecho de que el Vaticano admita esos hechos, creen intuir un atisbo de modernización en esas declaraciones. Muchos otros no lo vemos así, vemos que se les caía la casa encima y antes de que las goteras internas de la Iglesia empezaran a chorrear agua (y aceite) hasta que ésta alcanzara la calle y se les viera el plumero han decidido reconocer que sus más firmes estructuras tenían taras. Por supuesto habrá que condenar el pecado y ser indulgentes con el pecador, como dice el Santo Padre que pretende canonizar al papa Pío XII, quien estableció un concordato imperial con el Estado para quien luchaba el hermano de Ratzinger, es decir, con la Alemania de Hitler.

Los casos empiezan a salir como setas en toda la geografía terrestre, las voces que criticaban “La mala educación” de Almodóvar se empiezan a callar y critican ahora al manchego porque podía haber tratado la pederastia ejercida por otros profesionales, los grupos proabortistas ven la luz de sopetón y empiezan a entender por qué la Iglesia excomulgaría a aquellos diputados que votaran en contra de la reforma del aborto.

Y a todo esto Benedicto XVI nos recuerda algo más, que son humanos, y como Jesucristo nombra aquellas divinas palabras: “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Y no la vamos a tirar, porque no somos como ellos.

sábado, 13 de marzo de 2010

El cazador

Y al final solo querías que te recordaran como una buena persona. Y que llegaste en la literatura hasta donde pudiste. Pues menuda herencia nos dejas, Mario, te digo mi verdad.

martes, 9 de marzo de 2010

Ay, princesa

No he abierto el periódico y ya veo en primera página el titular: “Catalunya colapsada”. Genial el alarde de bilingüismo del diario Público. Me encanta, a mi que acabo de volver de Deutschland y que adoro London. No contento con esto leo la última página (a ver si la cosa ha mejorado) y resulta que la princesa del pueblo (princesa, no la prinzesa) anuncia su separación por tercera vez. “La separación de su nariz”, pienso yo, porque nunca se le acaba de caer, pero bueno es como la torre de Pisa, cuanto más inclinada está más encanto tiene. A este paso, en la próxima remodelación, una que yo me sé la nombrará Bien de Interés Cultural.

Resulta que la princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa?... que ha vuelto a batir records de audiencia. Y nosotros como tontos allí, creyéndonoslo por tercera vez, igual que en siglos anteriores la gente creía que los reyes eran enviados de Dios. Hombre la verdad, mirándolo en la distancia, por lo menos Carlos II debía de serlo, con esa cara…

Pues nada, que allí está ella en su trono de salvación, rodeada por ángeles celestiales. Una verdadera tía de rompe y rasga, tú. ¡Una madre que mata por su hija! Qué exageración, qué madre tan madre, tan por encima de las demás. Además ¡divorciada y trabajadora! ¡Jesús ! (de Ubrique) qué caso tan excepcional, divorciada y trabajadora. Porque no es una trabajadora cualquiera, no ¡trabaja tres horas diarias que debe de durar el programa y además pasa por peluquería y maquillaje! ¿Habrá pedido amparo a los sindicatos? No me extraña que con una vida tan dura pase a ser coronada…

Puede que sepa vender lo poco que tiene, de acuerdo, pero más tontos son los que compran. Gente que consiente que ella sea la heredera de la televisión, de una televisión que degenera desde Emilio Aragón hasta ella. Igual que se degeneró de Carlos I a Carlos II. La gente que la compra se quiere muy poco, se hace menos, hombres y mujeres que trabajan ocho horas o más, que madrugan y trasnochan por trabajar, que se casan y divorcian sin exclusivas, sin traumas, que no se operan la nariz aunque puede que tengan problemas respiratorios porque lo mismo no pueden permitirse el riesgo que conlleva hoy una baja. Gente que tiene que esforzarse para venderse, sacar algo de sí mismos, lejos de los focos, la laca y el photoshop. Gente que consiente esas coronas que vienen de algún dios (sí, sin mayúscula).

Lo que más miedo me da de esto son los extranjeros que tengan un nivel muy alto de español y que entiendan lo que dice ella y lo que dicen quienes hacen de ella un circo. Tengo miedo de que les dé por entender porque está entronada, y empiecen a mirarla como una muestra de la sociedad española.

Pero mientras tanto, ella (que en el fondo no tiene la culpa de nada, que es una marioneta remendada, la vuelta del folclore cutre, de la alpargata más basta, de la incultura que quieren que refleje) sonríe. Sonríe porque se creerá que está guapa o que verdaderamente ha pasado una vida especialmente dura.

En estos momentos me acuerdo de un refrán. “En el país de los ciegos el tuerto es el rey”. El rey, o la princesa. Y me niego. That´s it.

viernes, 26 de febrero de 2010

Verbo "to be" en alemán.



-Do you love me?

-Yes, and you?
-Yes, yes.

Eres la que destruye todo lo que hay, la que quiere ser otra más grande aplastando todo lo demás, a todos los demás. Eres aquella de la que por su codicia no queda nada y tienes que levantarte, vacía pero invadida, indignada, pero coleante. Eres el sueño enfermizo y delirante de la gloria y la pureza, un sueño del que se despierta inconsciente y con sudores fríos, en el que se pasa de dominar a ser dependiente. Eres la enamorada de la resurrección, eres la que se apoya en escombros haciéndose daño en las manos para levantarse y ser nueva, pequeña pero en algún sentido digna. Eres la que se cae porque no puede levantarse, la que se debilita y no se encuentra a sí misma. Eres pura contradicción y te divides. Una cuerda que se tensa. Siempre atormentada, resignada a su pasado. Eres como las personas.

Eres un beso que restaura la armonía, que nos haces encontrarnos a nosotros mismos, Berlín.